La oposición se muerde la lengua al señalar las condiciones de los servicios básicos.

  • ¿Cómo pueden presentarse como solución a problemas que contribuyeron a agravar durante su mandato?
  • La baja calidad de vida que aún aqueja a ciertos sectores de la sociedad es la herencia de su propia negligencia cuando ocupaban el poder.
  • La ciudadanía está ansiosa de ver propuestas concretas que trasciendan las disputas superficiales

Subrayado y con negritas.

Por Gerardo Castro Ruiz

En el ámbito político, la crítica es una herramienta poderosa, capaz de destapar fallas y desencadenar debates necesarios. Sin embargo, hay momentos en los que la oposición parece morderse la lengua al señalar las condiciones de los servicios básicos. Resulta irónico que, al alzar la voz contra la actual situación de algunos servicios de primera necesidad, olviden que la baja calidad de vida que aún aqueja a ciertos sectores de la sociedad es la herencia de su propia negligencia cuando ocupaban el poder.

Es comprensible que la oposición busque resaltar los problemas que afectan a los ciudadanos en la actualidad. No obstante, carece de coherencia cuando sus críticas se vuelven boomerang, reflejando la sombra de los malos gobiernos que lideraron en el pasado. ¿Cómo pueden presentarse como solución a problemas que contribuyeron a agravar durante su mandato?

La Consejera Presidenta, Guadalupe Taddei ZavalaIa, ha lanzado un llamado oportuno a los actores políticos que participarán en la contienda electoral. La petición de elevar el nivel de la contienda política y priorizar propuestas que motiven la participación ciudadana es crucial. En lugar de verter críticas sin fundamento, es el momento de que los políticos presenten soluciones concretas y convincentes.

En el contexto local, como en Navojoa, este llamado cobra especial relevancia. La ciudad no necesita que la oposición derrame sangre por la boca al herirse con sus propios dichos, porque a cambio, los ciudadanos esperan respuestas tangibles a los problemas arraigados que han persistido durante décadas. Los drenajes colapsados, el derramamiento de aguas negras, la escasez de agua en los hogares, la necesidad de viviendas dignas, mejoras en el servicio público y en las vialidades son desafíos que exigen soluciones concretas.

La oposición no debe asumir que ganará terreno político simplemente señalando los problemas evidentes. El pueblo ya conoce su historial, está al tanto de sus acciones pasadas y presentes. Ahora, más que nunca, están obligados a elevar el nivel político y persuadir a la ciudadanía con propuestas claras sobre cómo revertir el daño que dejaron atrás y que hoy seguimos padeciendo. Están obligados a abandonar las alcantarillas y ofrecer un proceso electoral de calidad, el que todos los ciudadanos merecemos.

La contienda política no debe ser un escenario para desacreditar al oponente, sino una plataforma donde se construyan soluciones para el bienestar colectivo. Los votantes esperan más que críticas vacías; anhelan un compromiso real con el cambio y mejoras palpables en su calidad de vida. La pelota está en la cancha de la oposición, y la ciudadanía está ansiosa de ver propuestas concretas que trasciendan las disputas superficiales y aborden los problemas fundamentales que afectan a la comunidad.

Los ciudadanos esperan escuchar las mejores propuestas de cada uno de los candidatos con las que proyectan elevar la calidad de vida del pueblo en los próximos 3 años. Esperemos pues, que en ello se concentren por el bien de todos.

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