Dar voz y poder al pueblo es una decisión justa y necesaria del “VaQVa”.

Dar voz y poder al pueblo es una decisión justa y necesaria del “VaQVa”.

  • Nadie mejor que el pueblo para expresar las necesidades más sentidas.
  • La gente decidirá dónde deben invertirse los recursos municipales.
  • Ganó Trump pero no arderá el mundo y la diplomacia con México continuará.

Subrayado y con Negritas.

Por Gerardo Castro Ruiz.

La medida adoptada por el Alcalde de Huatabampo, Alberto Vázquez Valencia, “VaQVa,” de involucrar directamente al pueblo en la toma de decisiones sobre el Plan de Desarrollo Municipal, es un paso importante y digno de reconocimiento.

Es cierto que los candidatos y los representantes populares electos tienen la obligación de conocer las necesidades de sus ciudadanos, pero nadie mejor que la misma comunidad, que experimenta y sufre día a día la realidad del municipio, para expresar sus demandas y necesidades más sentidas.

Darle voz a la gente para decidir en qué se deben invertir los recursos económicos del municipio, es un acto de justicia y una manera recomendable para asegurar que las obras y proyectos respondan a las verdaderas prioridades de Huatabampo.

Esta interacción social permite que la comunidad señale aquellas áreas y servicios que realmente necesitan mejoras, garantizando que los recursos se empleen de manera justa y transparente donde debe ser.

Por otro lado, la inclusión de la ciudadanía en la planificación municipal podría frenar las prácticas de favoritismo que, en el pasado, privilegiaban las calles o barrios donde vivían ciertos funcionarios, destinando recursos a obras que no eran prioritarias y dejando rezagadas las necesidades más apremiantes de la comunidad. Bajo esta nueva medida, las decisiones de inversión reflejarán el sentir de toda la comunidad, evitando que intereses personales o políticos distorsionen las prioridades del municipio.

Esta política es una práctica muy sencilla, pero en el contexto actual es revolucionaria, especialmente porque otros gobernantes se han resistido a implementar un modelo tan simple y esencial. La decisión del VaQVa es un ejemplar ejercicio de gobernanza democrática y una manera de ejercer justicia social.

Los tiempos en que el verdadero poder de decisión quedaba en manos de unos pocos debe ser parte del pasado, devolverle al pueblo este poder es fundamental para una administración que desea ser transparente y honesta. Que sea la ciudadanía quien establezca las obras prioritarias en el Proyecto del Plan Municipal de Desarrollo representa un avance significativo y, sobre todo, una apuesta por un gobierno del pueblo y para el pueblo.

Punto Aparte.

Donald Trump ha ganado las elecciones, y aunque muchos temen consecuencias inmediatas y graves, el panorama realista sugiere que el mundo no está en riesgo de una crisis ni de una ruptura diplomática entre Estados Unidos y México. Es importante distinguir entre el tono y las promesas de campaña, orientadas a movilizar votantes y captar atención, y la diplomacia que debe adoptar un mandatario en funciones. Gobernar implica adaptarse a la realidad de los intereses políticos, sociales y económicos de ambas naciones, que están profundamente entrelazados.

La relación entre Estados Unidos y México se basa en vínculos sólidos que van más allá de cualquier administración. Ambos países dependen mutuamente en áreas como el comercio, la seguridad y la cooperación en temas migratorios, energéticos y ambientales. Para el gobierno de Estados Unidos, mantener una relación estable y colaborativa con México es conveniente y necesaria. El nuevo gobierno de Trump probablemente priorizará acuerdos y negociaciones realistas y pragmáticas que beneficien a ambas naciones, pues romper estos lazos afectaría también a los propios intereses estadounidenses.

Más allá de las posturas retóricas, la relación entre ambos países tiende a ser de estabilidad y continuidad. Los cambios drásticos y las amenazas de campaña suelen moderarse una vez que el mandatario asume su rol y se enfrenta a las complejidades de la política internacional. La diplomacia siempre exige balance y madurez, y es allí donde, tanto para Estados Unidos como para México, prevalece la colaboración sobre la confrontación. Por lo tanto, no hay motivos reales para temer una alteración profunda en la relación entre ambos países bajo la nueva administración.

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