Solo el voto secreto legitimaría elección en Sindicato del Ayuntamiento de Navojoa.
- Ramón René García Vallejo no debería temer al voto secreto.
- El miedo a una derrota habla de una falta de fe en su propia capacidad de liderazgo.
- Contundente rechazo del Partido Verde al Diputado Raúl González de la Vega.
- Nadie quiere alianzas con una ficha tan chamuscada en el entorno político.
Subrayado y con Negritas.
Por Gerardo Castro Ruiz.
En el contexto actual de la campaña interna del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Navojoa (SUTSMN), es fundamental reflexionar sobre la necesidad de un proceso electoral que no solo sea transparente, sino también incluyente y verdaderamente democrático.
Este tipo de elecciones son vitales, especialmente considerando la evolución de la relación laboral en México y las recientes reformas que han buscado fortalecer la democracia dentro de los sindicatos.
La ley expresa que las elecciones deben realizarse mediante un voto personal, libre, directo y secreto. Este principio además de garantizar que cada miembro del sindicato pueda expresar su voluntad sin temor a represalias, también asegura la legitimidad de los resultados. Sin embargo, las prácticas actuales en ese sindicato, que aún permiten métodos de votación como el abierto o de mano alzada, socavan estos derechos fundamentales.
La falta de un voto secreto no solo es una violación a la ley, sino que refleja un temor palpable en la dirigencia actual, que se siente amenazada ante la posibilidad de una verdadera competencia.
Ramón García Vallejo, actual dirigente del SUTSMN, que pretende ser reelecto una vez más, ha argumentado que cuenta con el apoyo mayoritario de las bases. Si esto es cierto, no debería temer a un proceso electoral en el que el voto sea secreto.
La confianza en la legitimidad de su liderazgo debería ser suficiente para aceptar un mecanismo que protege la privacidad del sufragio. Sin embargo, el miedo a una derrota, como se evidenció en las pasadas elecciones, donde se impuso la votación a mano alzada frente a su oponente, habla de una falta de fe en su propia capacidad de liderazgo.
La historia reciente del SUTSMN ha estado marcada por divisiones y desconfianzas. La elección contra Aldo Vázquez Álvarez y su posterior separación del sindicato evidencian un contexto en el que las disidencias han sido reprimidas y las voces críticas acalladas.
Por ello, es urgente que los contendientes en esta nueva elección, en lugar de perpetuar viejas prácticas, busquen construir acuerdos que promuevan un proceso electoral inclusivo y legítimo.
Es esencial que los candidatos entiendan que un sindicato fuerte se construye sobre la base de la confianza y la transparencia. Fomentar un ambiente donde los miembros se sientan libres para expresar su voto sin miedo a represalias es imperativo para la salud democrática del SUTSMN. Las elecciones deben ser una oportunidad para renovar el compromiso con los trabajadores y no un simple trámite para perpetuar el poder.
Por lo tanto, los aspirantes e integrantes deben exigir un proceso electoral que respete la secrecía del voto. Es hora de dejar atrás prácticas obsoletas y abrazar la transparencia como un valor fundamental.
Punto Aparte.
El rechazo contundente que recibió el Diputado Raúl González de la Vega al intentar adherirse a la bancada del Partido Verde en el Congreso Local no es más que un reflejo de la realidad que enfrenta. Su intento por buscar refugio en un nuevo partido fue desestimado de inmediato por el dirigente de la formación política, quien dejó claro que no había cabida para él. Esta negativa no es sorpresiva, considerando la serie de escándalos de corrupción y traiciones que han marcado su trayectoria política.
González de la Vega, quien alguna vez fue una figura destacada dentro del Partido Sonorense, ha visto su reputación devastada por las evidencias de sus corruptelas. Su gestión ha estado repleta de decisiones cuestionables y un comportamiento que ha generado desconfianza en el entorno político y la ciudadanía. La imagen que proyectó durante su tiempo en el partido lo ha convertido en una ficha chamuscada, una figura que, lejos de ser un activo, se ha transformado en un lastre.
La rápida respuesta negativa del Partido Verde subraya el desprestigio que González de la Vega arrastra y refleja la postura de muchos partidos políticos que, conscientes de la importancia de mantener una imagen limpia, no están dispuestos a asociarse con figuras que puedan manchar su reputación. La política, a menudo marcada por alianzas estratégicas, también se basa en la percepción pública, y en este caso, el exdiputado ha perdido la confianza de quienes alguna vez pudieron considerarlo un aliado.